martes 16 de septiembre de 2025 02:40 am
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La residencia de Bad Bunny, «No me quiero ir de aquí», ha sido un evento que ha superado todas las expectativas, convirtiéndose en un fenómeno cultural que ha atraído a algunas de las figuras más influyentes de la música y el entretenimiento. Durante las funciones 22, 23 y 24, celebradas en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot, el público pudo disfrutar de actuaciones inolvidables y de la presencia de celebridades que añadieron un toque especial a la noche.

Uno de los momentos más destacados fue la participación de Rubén Blades, quien se unió a Bad Bunny para interpretar «Baile inolvidable». La presencia de Blades, una leyenda del salsa, no solo emocionó al público, sino que también sirvió como un recordatorio de la riqueza y la diversidad de la música latina. Su interpretación, llena de pasión y maestría, demostró por qué Blades sigue siendo una figura reverenciada en el mundo de la música.

Pero la noche no se quedó ahí. Ozuna y Jhayco también subieron al escenario, llevando consigo la energía y el ritmo que caracterizan al reguetón. Su participación fue recibida con entusiasmo por el público, que disfrutó de sus actuaciones llenas de energía y estilo. Ozuna y Jhayco demostraron una vez más por qué son dos de los artistas más respetados y queridos del género, añadiendo un toque de modernidad y frescura a la residencia.

Otra sorpresa de la noche fue la aparición de Luis Fonsi, quien interpretó su éxito «Lo que le pasó a Hawaii». La canción, que ha sido un éxito en varias generaciones, llenó el Coliseo de alegría y nostalgia. Fonsi, con su voz y carisma, recordó a todos los presentes por qué su música sigue siendo relevante y querida.

Además de los artistas, la residencia también atrajo a celebridades de otras áreas. Entre los asistentes se encontraban el actor español Paco León, la ex Miss Universe 2001 y cantante Denise Quiñones, y la actriz Ana de Armas, quien con su elegante vestido blanco captó la atención de todos. La presencia de estas figuras añadió un toque de glamour y exclusividad al evento, demostrando el alcance y la influencia de Bad Bunny más allá de la música.

Con solo seis funciones restantes antes de su culminación el 14 de septiembre, la residencia de Bad Bunny se ha consolidado como un evento histórico. Ha sido una celebración de la música, la cultura y la unidad, consolidando a Bad Bunny como uno de los artistas más influyentes y visionarios de su generación. Cada noche ha sido única, llena de sorpresas y momentos inolvidables, dejando un legado duradero en la historia de la música latina.


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