martes 21 de octubre de 2025 18:58 pm
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Un incidente de violencia armada ha conmocionado al condado de Westchester, Nueva York, después de que Louis Soto, un preso de 32 años residente del Bronx, disparara a otro recluso dentro de una camioneta de transporte penitenciario. El hecho, ocurrido el jueves, ha expuesto graves fallas de seguridad en los protocolos de traslado de detenidos, generando alarma en las autoridades y la comunidad.

Según el Departamento de Policía de Mount Vernon, Soto, quien había sido arrestado el miércoles por contacto físico forzado, logró introducir un arma de fuego calibre .22 en el vehículo donde eran trasladados cinco presos esposados. Durante el trayecto, se produjo un disparo que impactó a uno de los detenidos en la pierna. La víctima fue llevada de emergencia al Hospital Jacobi en el Bronx, donde se encuentra en condición estable.

El comisionado interino Marcel Olifiers describió el suceso como un «incidente muy grave» y anunció una revisión completa de los protocolos de seguridad. «El arma debería haber sido detectada durante el registro previo al traslado», reconoció Olifiers, quien confirmó que los agentes a cargo no encontraron el arma en el registro inicial. Como medida inmediata, el departamento ha reinstaurado el uso obligatorio de magnetómetros portátiles para todos los nuevos procesamientos de presos, una práctica que había sido modificada hace dos años tras un acuerdo con el Departamento de Justicia bajo la administración de Joe Biden.

El caso ha generado reacciones de indignación en la comunidad. Jesse Van Lew, fundador de Save Mount Vernon, calificó el incidente como «aterrador e inexcusable», criticando que el Departamento de Policía de Mount Vernon «ha fracasado una vez más» en su labor de garantizar la seguridad. Phil Grimaldi, exdetective del NYPD y experto en seguridad, advirtió que este tipo de fallas afectan la confianza pública en las instituciones y ponen en riesgo a agentes, reclusos y ciudadanos.

Mientras las autoridades investigan lo ocurrido, los dos agentes involucrados en el traslado han sido reasignados a tareas administrativas mientras se desarrolla la investigación. La Fiscalía de Distrito de Westchester y la Fiscalía General de Nueva York también están analizando el caso, siguiendo el protocolo para incidentes con armas de fuego bajo custodia policial.

Este suceso pone en evidencia las debilidades en los protocolos de seguridad penitenciaria y reaviva el debate sobre la necesidad de reforzar los controles en el traslado de detenidos, especialmente en un contexto donde la violencia armada sigue siendo un problema persistente en el sistema carcelario de Estados Unidos.

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