El expresidente brasileño Jair Bolsonaro (2019-2022) abandonó este domingo su residencia, donde cumple una orden de prisión domiciliaria, para someterse a exámenes médicos en el hospital DF Star de Brasilia. Bolsonaro, de 70 años, llegó al centro médico alrededor de las 8:00 a.m. (11:00 GMT), escoltado por varios policías armados, según confirmaron periodistas de la AFP. Esta es su primera salida desde que fue condenado a 27 años de prisión por liderar un intento de golpe de Estado para evitar la asunción del presidente Luiz Inácio Lula da Silva tras las elecciones de 2022.
El procedimiento al que se someterá incluye la extracción de dos lesiones cutáneas, una de las cuales ha sido descrita como una «neoplasia de comportamiento incierto», según informes médicos. El procedimiento es ambulatorio y se espera que dure solo unas horas. Desde agosto, Bolsonaro se encuentra confinado en su residencia bajo vigilancia las 24 horas debido a un «riesgo de fuga», tras ser declarado culpable de conspirar para anular los resultados electorales y evitar la transición de poder.
Bolsonaro, quien ha sido una figura clave de la derecha y ultraderecha brasileña, ha denunciado que es víctima de una «persecución política» y su defensa ha anunciado que apelará la sentencia ante instancias nacionales e internacionales. Sus seguidores, como el ingeniero Francisco Costa, de 67 años, se congregaron frente al hospital para mostrar su apoyo, criticando lo que consideran un «abuso policial». «Es una persona acusada de algo que no hizo. Esto es un absurdo, un aparato policial de este tamaño para nada. Es vergonzoso», declaró Costa a la AFP.
Mientras tanto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha expresado su apoyo a Bolsonaro, calificando su situación como una «caza de brujas» y respondiendo con la imposición de aranceles a productos brasileños. «Espero que la justicia funcione. Es difícil, pero con la intervención de otros países (…) tengo esperanza de que saldrá bien», añadió Costa.
Bolsonaro, quien ha guardado silencio público desde finales de julio —cuando el Tribunal Supremo le prohibió manifestarse en redes sociales por obstruir la justicia—, también sufre de problemas de salud relacionados con una puñalada que recibió en 2018 durante un acto de campaña, lo que le ha causado crisis de hipo y vómitos. En agosto, se le autorizó una visita al mismo hospital, donde se descubrió que había padecido dos neumonías recientes.
Aunque la Corte Suprema de Brasil aún debe analizar los recursos presentados por su defensa, Bolsonaro podría solicitar cumplir su condena en arresto domiciliario por razones de salud. Mientras tanto, sus seguidores continúan movilizándose en su apoyo, y el caso sigue generando tensión política en Brasil y en el ámbito internacional.