lunes 20 de octubre de 2025 19:22 pm
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Un estudio revolucionario realizado por investigadores de la Universidad de Harvard y el Massachusetts General Hospital ha identificado una proteína clave que podría ser responsable de las arritmias letales que ocurren tras un infarto. Según la investigación, publicada en ScienceDaily, la proteína RELMy (Resistin-like molecule gamma), producida por células inmunitarias, daña el músculo cardíaco y provoca arritmias graves en las primeras horas después de un ataque al corazón. Este descubrimiento podría explicar por qué algunos pacientes, incluso después de recibir tratamiento, desarrollan complicaciones fatales como la taquicardia ventricular, una de las principales causas de muerte súbita.

Los científicos descubrieron que, tras un infarto, el corazón es invadido por neutrófilos, células del sistema inmunitario que intentan reparar el tejido dañado. Sin embargo, en el proceso, estos neutrófilos liberan grandes cantidades de RELMy, una proteína que perfora las membranas de los cardiomiocitos (células del músculo cardíaco), alterando su función eléctrica y desencadenando arritmias potencialmente mortales. El equipo, liderado por los doctores Nina Kumowski y Matthias Nahrendorf, demostró en modelos animales que la eliminación del gen Retnlg (que produce RELMy) redujo en doce veces la incidencia de arritmias después de un infarto. Además, en humanos, los investigadores identificaron un gen similar, llamado RETN, con niveles elevados en las zonas del corazón afectadas por el daño, lo que sugiere que este mecanismo podría ser común en diferentes especies.

Para entender el papel de RELMy, los investigadores utilizaron técnicas de secuenciación de ARN y microscopía avanzada, que les permitieron observar cómo esta proteína afecta el tejido cardíaco a nivel molecular. Los resultados indican que RELMy no solo daña las células, sino que también alterar su capacidad para conducir señales eléctricas, lo que explica su relación con las arritmias fatales. «Este hallazgo es un avance significativo«, declaró el Dr. Nahrendorf, quien añadió que bloquear la acción de RELMy podría ser la clave para prevenir muertes súbitas en pacientes que han sufrido un infarto. «Si logramos desarrollar un fármaco que inhiba esta proteína, podríamos reducir drásticamente la mortalidad en las primeras horas después de un infarto», explicó.

El equipo ya está trabajando en el desarrollo de terapias que puedan neutralizar la acción de RELMy, un proyecto que cuenta con el apoyo de instituciones como la Fundación Leducq, el Instituto Nacional de Salud de EE.UU. y la Fundación Británica del Corazón. «Estamos en una fase crucial«, afirmó la Dra. Kumowski, quien destacó que este tipo de tratamientos podría salvar miles de vidas cada año, especialmente en pacientes con alto riesgo de complicaciones tras un infarto. Además, este descubrimiento podría revolucionar el manejo de las secuelas postinfarto, ofreciendo a los médicos una herramienta específica para proteger el corazón en sus momentos más vulnerables.

Este avance no solo abre nuevas posibilidades terapéuticas, sino que también subraya la importancia de seguir investigando los mecanismos inmunitarios que participan en la reparación del corazón después de un daño. Los expertos esperan que, en el futuro, este conocimiento se traduzca en tratamientos personalizados que mejoren la supervivencia y la recuperación de los pacientes. Mientras tanto, los investigadores recomiendan a la población adoptar un estilo de vida saludable para reducir el riesgo de infartos, incluyendo una dieta equilibrada, ejercicio regular y controles médicos periódicos, ya que la prevención sigue siendo la mejor estrategia para evitar complicaciones cardíacas.

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